El verano en Querétaro trae consigo precipitaciones que se reflejan en exuberantes selvas tropicales. Sin embargo, en esta región también se pueden encontrar desiertos áridos. Hay 400-600 mm de precipitaciones y 2.800 horas de sol al año. Estos microclimas y su diversidad permiten a los viticultores experimentar con una amplia gama de variedades de uva y estilos de vino.

Además, el suelo ofrece arcilla arenosa rica en calcio, una buena retención de agua durante la estación seca y un excelente drenaje cuando está húmedo, lo que crea una amplitud térmica de hasta 20 grados Celsius entre el día cuando las temperaturas pueden subir hasta 35 °C y las frías noches cuando la temperatura baja a 2 °C.